El viernes, 5 de marzo, 'Entre rojas': Lucía, interpretada por Penélope Cruz, es una joven de buena familia, condenada a diez años de cárcel por su relación con un joven militante contrario al Régimen. Allí convivirá con presas políticas y comunes. Se pondrá de manifiesto la complicidad entre un grupo de mujeres que sufre y comparte una experiencia que marcará sus vidas. El film cuenta también con las actuaciones de Cristina Marcos y María Pujalte. Dirigida por Azucena Rodríguez.

El viernes, 12 de marzo, 'Todos a la cárcel': fuera de los muros de la cárcel Modelo de Valencia todo parece en calma: sólo hay una novedad más allá de las rejas, y es que se acerca el Día Internacional del Preso de Conciencia y el hábil Luis Quintanilla, secretario de la Organización, ultima los preparativos en la compañía del director del presidio. Al acto asistirán representantes de las fuerzas políticas, gente de la cultura y el espectáculo y, con suerte, alguien de la jet set.

El viernes, 19 de marzo, 'Días contados': Antonio, un miembro de la banda terrorista ETA, prepara un atentado en Madrid. Un buen día, se cruza en su camino una precoz drogadicta de dieciocho años que, a pesar del ambiente en el que vive, conserva la inocencia de su juventud. El largometraje, dirigido por Imanol Uribe, está basado en la novela de Juan Madrid, y con las actuaciones de Javier Bardem, Carmelo Gómez y Ruth Gabriel, entre otros.

El sábado, 20 de marzo, 'Bwana': un taxista y su familia, de vacaciones en la playa, se encuentran con un inmigrante ilegal que no sabe hablar castellano. En un primer momento deciden huir, presas del miedo, pero en su marcha pierden las llaves del coche por lo que se verán obligados a pasar la noche junto al joven extranjero. El film cuenta con las actuaciones de Emilio Buale, Andrés Pajares y María Barranco y está dirigida por Imanol Uribe.

El viernes, 26 de marzo, 'Los 33 de Atacama': cuenta la historia de los mineros chilenos que, tras un derrumbamiento en la mina de San José, quedaron atrapados dentro de ella. El 5 de agosto de 2010, muchos trabajadores de una mina vieron como quedaban encerrados a 700 metros bajo el suelo. Sin embargo, la esperanza es lo último que se pierde y ellos fueron un claro ejemplo de ello. A base de duras racionalizaciones de alimentos y con la ilusión de volver a ver a sus familias, los mineros se mantuvieron vivos hasta que su país encontró la forma de rescatarlos.